Protegida por una muralla y por el acantilado natural, Tulum es la zona arqueológica más famosa e importante en nuestras costas del Caribe.
Su nombre moderno, que en lengua maya significa «cerco» o «muralla», no es tan evocativo y acertado como su nombre antiguo: Zamá, cuyo significado es «Salida del sol» o «Amanecer»; nombre que le viene a la perfección, pues para los mayas de la antigüedad, éste fue un observatorio astronómico y de defensa a la vez, que recibe puntual los primeros rayos del sol cada mañana.
Se estima que la fundación de Tulum se dio alrededor del año 1200, como puerto comercial, alcanzando su esplendor en el 1400.
Las evidencias arqueológicas confirman que aquí se mercaban los productos marítimos de la costa de Quintana Roo y la isla de Cozumel. Al parecer, esta ciudad era independiente, política y comercialmente
hablando, del dominio de otros centros mayas de poder o ciudades-estado, y se mantuvo así hasta que en 1518 llegaron los primeros conquistadores españoles, Juan de Grijalva y sus súbditos.
Debido a la guerra, la esclavitud y las enfermedades desconocidas para los nativos, Tulum fue abandonada,
como sucedió con muchas otras ciudades de la región y de toda América.
Las estructuras y pirámides que hoy en día admiramos en Tulum fueron construidas durante el Postclásico tardío (1200-1550), aunque hay ciertos elementos visibles que son anteriores, como la estela 1 y la structura 59, los cuales presentan estilos del Clásico temprano (300-600 d.C.).
Con el abandono de Tulum como ciudad viva y dinámica, vino el deterioro y la naturaleza se encargó de ocultarla. Hubieron de pasar muchos siglos hasta que fue redescubierta por el mundo occidental, pero los nativos jamás la olvidaron y anualmente hacían y siguen haciendo peregrinaciones rituales para llevar ofrendas a los dioses de la antigüedad.
En abril de 1981 esta área fue declarada Parque Nacional y en diciembre de 1993, Zona de Monumento Arqueológico.
This post was last modified on 2013-12-29