Pese a que Estados Unidos puede representar una amenaza para la industria cinematográfica mexicana, también constituye una oportunidad, aseguró el director, escritor y productor mexicano Guillermo Arriaga.
En esta ciudad norteña, en el marco de la II edición de la Semana Internacional de Cine de Santander, Arriaga afirmó que “no quiero satanizar a Hollywood, no son los malos de la película”.
Arriaga participó la tarde del jueves en la mesa redonda Los nuevos retos del cine mexicano, junto con el cineasta Michel Franco, la actriz Alejandra Toussaint y el director del Festival Internacional de Cine de Guadalajara, Iván Trujillo, moderados por el productor Álvaro Longoria.
En el Centro Botín de Santander, el guionista de películas como Amores perros, Babel y autor de novelas como El salvaje, recalcó que Estados Unidos es un país con una amenaza permanente sobre México, pero Hollywood representa un grupo muy diverso y respetuoso.
Es una meritocracia y me han apoyado, pero además, la cantidad de mexicanos que viven en ese país han generado un mercado favorable al cine mexicano y a otras industrias hispanohablantes”, expuso.
Refirió que en 2040, la primera mayoría en Estados Unidos será la de los hispanos, pero además, el cine mexicano está reconocido en el mundo y sí atrae mercados, por lo que esa industria funciona además como embajadora en el mundo.
En el coloquio, Arriaga también señaló que la industria cinematográfica mexicana ha cambiado y de haber sido, en una época, muy caníbal, destructor, lleno de envidias, “ahora tenemos la capacidad de ayudarnos los unos a los otros”.
Sostuvo que se hace cine de muy diversas maneras, como el llamado cine de arte o independiente o el comercial, pero “nos alegran los éxitos comerciales, eso permite que los productores arriesguen mucho más” y “hay un espíritu de colaboración que creo que es importante que exista en toda la cinematografía”.
En coincidencia con el cineasta y también productor Michel Franco y con el director del Festival Internacional de Cine de Guadalajara, Iván Trujillo, aseveró que “atemperar el aire de revancha es lo mejor que le puede dar a cualquier cinematografía del mundo, el triunfo de cualquier cineasta beneficia a los demás”.
Asimismo, recalcó que “lo que ayuda a la cinematografía es la diversidad y que nos podamos expresar como país. Si solo hubiera películas como Amores perros o Las hijas de Abril sería negativo para México”.
El cineasta mexicano Michel Franco, ganador de diversos premios con Después de Lucía, Chronic o Las hijas de Abril subrayó que para él es muy importante filmar en México.
A mí me encanta filmar en México y escribir historias de mi país”, anotó y añadió que el cine mexicano ha vuelto a tener una gran presencia para los espectadores y con temas parecidos a los géneros hollywoodenses, de comedia, ha acercado a millones de espectadores.
No obstante, apuntó que es importante quitarle el miedo a la etiqueta “cine de arte”, que asusta a quienes asisten a las pantallas.
Por su parte, el director del Festival Internacional de Cine de Guadalajara, Iván Trujillo, expuso que el cine mexicano pasa por un buen momento pero lamentablemente no se ve demasiado en las pantallas.
Puso como ejemplo que siendo México un gran consumidor de cine y siendo el cuarto país en el mundo con más pantallas, el cine mexicano solo aporta el 6 por ciento de lo que se ve.
Por último, la actriz Alejandra Toussaint, consideró que las nuevas plataformas tecnológicas son una gran oportunidad para que cineastas y actores mexicanos puedan abrirse campo a otros países y experiencias.
