Brasil envió un potente mensaje a España y el resto de las potencias del fútbol: será cuesta arriba ganarle en la Copa del Mundo del 2014 en su casa.
Fred marcó un doblete, Neymar agregó otro gol —de gran clase— y Brasil, ante un público delirante que colmó el estadio Maracaná, derrotó el domingo 3-0 a España en la final de la Copa Confederaciones.
Fue una exhibición de lujo del mejor Brasil en mucho tiempo, ante un campeón mundial desconocido que perdía 1-0 luego de apenas 95 segundos y que fue cuesta abajo desde entonces.
España perdió por primera vez desde noviembre de 2011, cuando cayó 1-0 en un amistoso contra Inglaterra en Londres, una seguidilla invicta de 26 encuentros.
Fred madrugó a España y puso a delirar a la torcida a los dos minutos, cuando Hulk mandó un centro desde la derecha y Neymar, casi sin querer, bajó la pelota dentro del área chica. El delantero del Fluminense, acostumbrado a meter algunos goles insólitos, se había caído en el brinco, pero empujó la pelota desde el suelo para abrir la cuenta.
Delirio en el Maracaná, y coros provocadores de «timinho» (equipito) de los más de 75.000 espectadores que pintaron de amarillo las gradas del famoso estadio en Río de Janeiro.
David Luiz, que sacó una pelota de la raya a los 41 minutos, fue un muro en la última línea, mientras la velocidad de Neymar amenazaba constantemente por la banda izquierda.
Neymar hizo el segundo a los 44, al recibir pase de Oscar y fusilar al portero Iker Casillas con un zurdazo al ángulo.
España no había terminado de plantarse en la cancha en el segundo tiempo cuando llegó el quinto gol de Fred en el campeonato. Pase entre líneas de Hulk, que Neymar dejó pasar, y definición de zurda de Fred.
La Roja tuvo una oportunidad inmejorable de descontar a los 55 después que Marcelo derribó a Jesús Navas dentro del área. Sin embargo, Sergio Ramos tiró el penal afuera.